Esta receta fue uno de esos grandes descubrimientos, ya que jamás se me hubiera ocurrido preparar mermelada de pomelo y mucho menos me imagine que pudiera ser la fruta favorita de alguien. Sin embargo, descubrí que hay más de uno al que le encanta el pomelo y que esta fruta puede llegar a estar genial en diferentes elaboraciones como en esta mermelada que va de maravilla para rellenar diferentes tipos tartas o para untar una tostada por la mañana y disfrutarla con una deliciosa taza de café.
Para esta receta me anime a hacerla reducida en azúcar por lo que le agregue un poco de colapez y como de costumbre simplifique la elaboración para que sea fácil de preparar para todos.
Espero se animen a elaborarla y que la disfruten tanto como yo.
Consejo: puedes combinar el pomelo con naranja, limón o lima y darle otros matices a la mermelada.
Dificultad: fácil
Raciones: 250 ml aprox

Ingredientes
- 1 kl de Pomelos
- 200 gr de azúcar
- 2 gr de gelatina neutra (1 hoja)
Elaboración
- Ponemos a remojar la gelatina en agua fría.
- Lavamos y rallamos la piel de los pomelos.
- Con ayuda de un cuchillo pelamos y extraemos los gajos de los pomelos.
- Ponemos en un cazo los gajos y la ralladura de los pomelos junto con el azúcar.
- Ponemos a hervir a fuego medio.
- Dejamos cocer unos 20 minutos mientras vamos removiendo.
- Una vez veamos que se a creado un almíbar un poco denso retiramos del fuego y añadimos la hoja de gelatina.
- Diluimos bien la gelatina.
- Rellenamos nuestros tarros de cristal previamente esterilizados en agua hirviendo.
- Cerramos y los dejamos boca abajo unos 10 minutos para esterilizar la tapa con el calor de la mermelada.
- Podemos guardar los tarros de mermelada en un lugar seco y fresco hasta su utilización.