Dicen por ahí que las verduras son aburridas, que no están buenas, que comerlas es un sacrificio, y qué sé yo. Y lo dicen tanto, que en muchos hogares todo lo que sea verde ha llegado a tomar un segundo, tercero u octavo lugar en el plato del día, y eso, cuando no desaparecen por completo. El problema está en que nuestras amigas las verduras deberían ser las protagonistas de nuestro menú diario, no solo porque sean saludables y todo eso, sino porque son deliciosas.
Así que: vamos al lío. Hoy he querido compartir con vosotros este milhojas de verduras gratinadas, que no solo está buenísima y alegrará nuestras mesas, sino que también es una receta sencilla que acepta que le pongamos un poco (montón) de imaginación. Y de paso, ya que estamos, aprovechamos esas verduras que a veces tenemos muertas de risa en el fondo de la nevera, y que no sabemos qué rayos hacer con ellas.
Aquí vamos.
Consejo: si no tienes los aros de metal que utilicé, puedes hacerlo en una fuente de horno y cortar directamente en la bandeja las porciones antes de servir. (Solo necesitarás adaptar las cantidades al tamaño de la fuente que utilices.)
Otro consejo: si tienes un queso que funda bien, como la mozzarella, utilízalo sin dudas, que quedará de maravilla.
- Dificultad: fácil
- Raciones: 2

Ingredientes
- 30 gr de queso emmental
- 20 gr de parmesano
- 1/2 calabacín o zapallito italiano (120 gr)
- 1 berenjena (120 gr)
- 1 tomate (140 gr)
- 1 puñado de espinacas frescas.
- 10 champiñones
- 2 rodajas de cebolla
- Aceite de oliva
- Orégano
- Salsa de tomate para acompañar.
- Sal al gusto.
Elaboración
- Cortamos las espinacas en tiras, les agregamos un poco sal y mezclamos.
- Las dejamos en un colador sobre un plato, para que eliminen el exceso de agua.
- Por otro lado, cortamos el calabacín, la berenjena, los champiñones y el tomate en rodajas. Reservamos por separado.
- En una sartén caliente, con un chorrito de aceite, vamos dorando las verduras por los dos lados y reservándolas en un plato.
- Rallamos el queso y reservamos.
- En este momento, con la ayuda de un poco de papel de cocina o un paño limpio, escurrimos bien nuestras espinacas y reservamos.
- Precalentamos el horno a 180°C
- Sobre una placa de horno con papel de sulfurizado, ponemos unos aros de metal. (Yo utilicé aros de 9 cm de diámetro por 9 cm de alto)
- En la base de ellos acomodamos unas rodajas de berenjenas, espolvoreamos un poco de orégano y queso por encima.
- Ponemos las rodajas de tomate y le espolvoreamos queso y orégano como en la anterior capa.
- Seguimos poniendo diferentes capas con las verduras y repitiendo el mismo proceso de orégano y queso entre cada capa.
- Procuramos poner las espinacas en la última capa.
- Terminamos de cubrir con una generosa capa de queso.
- Llevamos al horno, y colocamos la bandeja más arriba que abajo. En la parte alta del horno, vamos.
- Horneamos unos 10 minutos o hasta que el queso tome un bonito color dorado.
- Retiramos del horno.
- Con un cuchillo pequeño despegamos los bordes del aro que se puedan haber pegado (igual que con un bizcocho)
- Ponemos la salsa de tomate caliente en la base de los platos.
- Con ayuda de una espátula retiramos las milhojas de la bandeja del horno y ponemos encima de la salsa de tomate.
- Retiramos el aro con cuidado.
- Podemos decorar con algunos brotes frescos o algunas hojas de albahaca.
- Listos para servir. Servimos. Tomamos una foto. La compartimos,
- Comemos.
Muy buen plato!
Es cierto que a veces las verduras pueden ser un poco aridas,pero «disfrazadas»,como en este milhojas,entran genial.
Gracias!
Me alegra te guste la receta.
Me gustaMe gusta