Este plato nació de un paseo por el campo, donde tuve la suerte de poder recolectar mis propios limones y la salvia que quisiera. Bueno… en realidad me ofrecieron unas tijeras y me invitaron a cortar lo que quisiera, lo que hizo que la experiencia fuera aún más especial. Volví a casa con una bolsa de limones, junto un manojo fresco de salvia en la mano y muchas ganas de cocinar.
Con esos aromas aún presentes, decidí preparar un pollo con salvia y limón. El resultado fue un plato delicado y equilibrado, en el que la frescura del limón realza el aroma de la salvia de forma sutil y deliciosa. A mí, personalmente, me encantó.
Y claro, con la emoción del momento no pude evitar tomarle una fotito para el recuerdo.
Consejo: Puedes prepararlo con muslos de pollo o incluso con lomo de cerdo.

- Dificultad: Fácil
- Raciones: 4
Ingredientes
- 500 g de pechuga de pollo o muslos deshuesados
- 2 dientes de ajo
- 1/3 de cebolla
- 150 ml de vino blanco
- 100 ml de nata
- 1 chorrito de aceite de oliva
- 1 manojo de salvia fresca
- 1 limón (zumo y ralladura)
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Sofríe la cebolla en juliana y el ajo picado con un chorrito de aceite de oliva, hasta que estén transparentes.
- Añade el pollo cortado en cubos, salpimienta y dora ligeramente. Incorpora unas hojas de salvia picada y un chorrito de zumo de limón.
- Agrega el vino blanco y deja que se evapore un poco el alcohol.
- Añade la nata y deja hervir a fuego suave durante un par de minutos, hasta que la salsa espese ligeramente.
- Justo antes de servir, añade un poco de ralladura de limón para dar el toque final.
- Al servirlo lo decore con algunas hojas salvia, para darle un poco de color al emplatado.
Puedes acompañarlo con arroz blanco, patatas al vapor o lo que más te guste. ¡Es un plato sencillo pero lleno de sabor!